Agencia La Oreja Que Piensa. Por Brenda liener (*)
A mediados de los noventa, cuando la crisis económica comenzaba a asolar los barrios del conurbano bonaerense, cinco seminaristas, convencidos de que no hacía falta internarse en un recóndito lugar del mapa para trabajar por el prójimo, decidían instalarse en el barrio Santa Elena de la localidad de Los Polvorines, en donde se encuentra hoy la parroquia San Pablo.
Dentro de ese grupo se encontraba Luciano Iramain, quien años después se convertiría en el coordinador general de EnAcción, una organización social dedicada a la promoción integral de adultos, jóvenes y niños, a través de programas de desarrollo comunitario.
Los antecedentes de la organización se gestan en el espacio de la parroquia y en el trabajo realizado por esos hombres, formados por salesianos y jesuitas bajo los preceptos de la teología latinoamericana, que caminando las calles del barrio idearon alternativas y acciones para dar respuestas a las innumerables demandas de la comunidad local.
“Junto a algunos vecinos construimos veredas, refaccionamos viviendas, también generamos espacios recreativos y deportivos para los chicos.
En simultáneo desarrollamos un espacio de formación y promovimos retiros espirituales para jóvenes, quienes en gran medida se sumaron como voluntarios para trabajar en el barrio”, comenta Iramain.
A partir de un diagnóstico y del trabajo de casi cien voluntarios, en el año 2000 se identificaron las principales necesidades y se estructuraron varios proyectos comunitarios: un club del trueque, una huerta, una panadería, una herrería, una cooperativa de construcción, microcréditos, un espacio para la inserción en el mundo laboral, son algunos de ellos.
En ese contexto se creó formalmente EnAcción. En 2006 la organización decidió incorporar profesionales rentados, con el objetivo de profundizar la lógica de la intervención y evaluar las acciones.
“Mitigada la crisis, pudimos focalizarnos y definir tres ejes de trabajo: educativo-formativo; deportivo-recreativo, y artístico-cultural.
Se planteó también que en cada proyecto se abordarían dimensiones fundamentales de la persona como la integración grupal, el desarrollo de un pensamiento crítico y creativo, el compromiso comunitario y los vínculos familiares, buscando favorecer el desarrollo integral personal y comunitario”.
Durante cada semana de 2011, participaron en las actividades de EnAcción unas 700 personas. Y habitualmente unas 1300 familias se vinculan en actividades temporales.
“El acento está puesto en generar espacios donde los vecinos se interrelacionen, se apropien de herramientas para construir un barrio mejor y desarrollen habilidades y capacidades orientadas no sólo a la transformación individual, sino de la comunidad”.
Una de las mayores expectativas hoy es la posibilidad concreta de avanzar en la construcción de un centro deportivo cultural, en un predio de una manzana y media ubicado a dos cuadras de su sede.
“Ese espacio sería clave para la comunidad, incluso para la Universidad, ya que podrían utilizarlo los estudiantes. Un acuerdo de estas características sería una cuestión sinérgica para ambas partes: le permitiría a la UNGS tener más presencia en el barrio y a nosotros nos serviría como legitimación del espacio para los vecinos y como forma de acceso a la Universidad”, reflexiona Iramain.
“A nivel infraestructura, el Campus universitario es un recurso atractivo muy valorado, pero esa imponencia tiene una contracara: muchos vecinos lo perciben como un lugar ajeno.
Un desafío sería entonces explorar acciones que acerquen a la gente del barrio a la Universidad. La escuela de terminalidad educativa que funciona en la UNGS es un medio en ese sentido, ya que los jóvenes alumnos se familiarizan con el lugar.
Los conciertos, recitales y actividades callejeras del Centro Cultural, co-organizados con referentes de la comunidad, también lo son. Y otro factor que contribuye a generar acercamiento es el trabajo de estudiantes de la UNGS en la organización. Actualmente la colaboración de varios estudiantes y graduados constituye una experiencia muy enriquecedora”.
Entre la UNGS y EnAcción se han hecho varias experiencias en común, pero “las potencialidades del trabajo conjunto no se han materializado de una forma sistemática y eso lo atribuye en gran medida a la complejidad que presenta una institución de estas dimensiones”, enfatiza Iramain.
“La UNGS tiene hoy las puertas abiertas para que las organizaciones podamos entrar, creo que el desafío para la Universidad es tener presencia afuera, salir al barrio”.
(*) Periodista + info http://www.ungs.edu.ar