Agencia La Oreja Que Piensa. 2012. (Por Héctor Sosa) (*)
Quijote de la belleza. Vanguardia y retaguardia del Rock nacional, infinito buscador del enamoramiento entre poesía y música. Retador a duelo del mal gusto y de las modas pasajeras. Ojo en celo y sabedor del sentido de una emoción.
Murió El Flaco: vibran los soles.
Spinetta, como un lince del arte, atravezó casi cinco generaciones con sus canciones. No buscó el atajó, ni regaló intimidad a las ratas mediáticas. Siempre se paró en esas esquinas donde el arte no tiene moldes.
Los rompió a todos: fusionó jazz, blues, pop, folclore, rock clásico y el que él mismo re-inventó.
Murió El Flaco, viven miles de palabras y acordes.
Hoy las redes estallarán, hoy habrá oportunistas, hoy en alguna discográfica ya prepara el negocio. Habrá parlanchines por TV. Así son las reglas de juego.
Pero, hoy: miles lloran, miles recuerdan adolescencias, la primer tapa de "Almendra", y su última actuación.
Hoy el flaco mueve almas. Hoy lo conocerán los que no lo conocían. Sus duendes, tan presentes en "Invisible", se aprestan a entrar en millones de oidos, a entrar en seres humanos prestos a recibir su Alma de Diamante.
Lloren, canten, vuelen con sus temas preferidos, recuerden, escuchen y pasen su brillo de oráculo a quienes quieran.
!De pie señores y señoras, el arte llorra y ataca!
Murió Luis Alberto Spinetta.
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